La innovación y el emprendimiento no pueden germinar en medio de rígidas reglas y convenciones. La transferencia del conocimiento, la colaboración, la flexibilidad, la empatía y la proactividad, son requisitos indispensables para la generación de nuevas ideas demandadas por una sociedad cada día más dinámica y cambiante. Las estructuras jerárquicas y cerradas son propias de organizaciones de otro tiempo, que atendían a problemas de un entorno completamente diferente del actual.
Por ello, la mayor parte del proyecto se materializa con elementos curvos, “blandos”, que no oponen resistencia al flujo cambiante de las ideas y de las personas, y favoreciendo los espacios de encuentro, de discusión y de debate.